Carlos Rafael Yllescas M.  
 
  Alucinaciones 28-03-2024 10:56 (UTC)
   
 
Universidad de San Carlos de Guatemala
Centro Universitario de Occidente
Carrera de Psicología
Curso: Clínica II
Docente: Lic. Carlos Rafael Yllescas Mijangos

ALUCINACIONES

Son percepciones sensoriales falsas que ocurren en ausencia de cualquier estí¬mulo externo. Se distinguen de las distorsiones e ilusiones en que éstas son per¬cepciones erróneas de estímulos reales. El paciente percibe la alucinación como real, al menos temporalmente.
Características clínicas y diagnóstico

Las alucinaciones están relacionadas con modalidades sensoriales específicas (p.ej., auditivas, visuales, táctiles, olfatorias y gustatorias) que deberían ser cla¬ramente identificadas. La duración, las circunstancias y la interpretación del sig¬nificado de la alucinación son muy importantes. Es necesario identificar las ex¬periencias alucinatorias pasadas y las interpretaciones delirantes (creencias falsas y fijas) de las alucinaciones. Estas suceden, a menudo, en múltiples modalidades sensoriales y suelen asociarse con delirios, esto es, creencias o juicios falsos.

Las alucinaciones son síntomas psicóticos; su presencia requiere un diagnósti¬co antes de iniciar él tratamiento. Las visuales, olfatorias y gustativas son las más frecuentes en los trastornos orgánicos (p. ej., en la epilepsia temporal). Las aluci¬naciones táctiles de parásitos, arrastrándose sobre o bajo la piel (formicaciones), son comunes en la intoxicación con cocaína y en la abstinencia de alcohol y se¬dantes. Las alucinaciones que se presentan sólo cuando la persona se está dur¬miendo (hipnagógicas), o al despertar (hipnopómpicas), no se consideran patoló¬gicas.

La intoxicación con alucinógenos, cocaína, anfetaminas u otros simpaticomí¬méticos puede producir alucinaciones, así como la abstinencia de alcohol y sedan¬tes. Muchas medicaciones causan alucinaciones como efecto secundario. Los trastomos orgánicos como la epilepsia se asocian también con alucinaciones. Asimis¬mo, suelen presentarse en el delirium. Los fármacos que se emplean para tratar la enfermedad de Parkinson  [p. ej., la L-Dopa (Madopar, Sinemet)] pueden originar alucinaciones.

Las mismas son también síntomas de muchos trastornos psiquiátricos, como esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno esquizoafectivo, manía, de¬presión con síntomas psicóticos, personalidad límite, psicosis reactiva breve y psicosis inducida. En circunstancias excepcionales y en algunas culturas, ciertas alucinaciones son normales, por ejemplo, oír la voz o ver la imagen de un ser querido fallecido durante el duelo. De forma característica, el paciente reconoce que esas alucinaciones no son reales. Hay pacientes que fingen tener alucinacio¬nes en determinadas situaciones (p. ej., para escapar de la justicia).

Orientación psicoterapéutica y para la entrevista

Como en el caso de los psicóticos, no hay que criticar directamente el síntoma, incluso si el paciente parece dudar de su realidad. No decir, por ejemplo: "Usted sabe que esas veces no son reales ¿verdad?". Observar si el paciente sufre a cau¬sa de la alucinación. ¿Se trata de una experiencia absolutamente extraña para él, o está familiarizado con la misma? Si el paciente parece responder a estímulos internos durante la entrevista, preguntarle qué está viendo u oyendo. ¿Es con¬gruente el contenido de la alucinación con el estado de ánimo? Centrarse en la obtención de una historia que proporcione la máxima información para realizar el diagnóstico. Preguntar sobre la presencia de voces imperativas; si las alucinaciones vienen de dentro o de fuera de la cabeza del paciente ya que las alucinaciones auditivas verdaderas suelen percibirse como procedentes del exterior de la cabe¬za. Preguntar al paciente cómo se adapta a las alucinaciones.

Evaluación y manejo

1.    Obtener las constantes vitales del paciente y una toxicología en orina, lo que puede sugerir una posible causa orgánica.
2.    Revisar todas las medicaciones que esté tomando; incluidas las prescriptas, las fórmulas magistrales y las sustancias de abuso, y considerar si la intoxica¬ción, o la abstinencia, es la causa o si la alucinación es un efecto secundario de la droga.
3.    Valorar la existencia de patología médica o neurológica ¿Se trata de un deli¬rium? ¿Es el paciente hipertiroideo o hipotiroideo? ¿Tiene epilepsia o una in¬fección del SNC?
4.    ¿Tiene antecedentes personales de trastornos psiquiátricos que cursen con alucinaciones? Si es así, ¿cuál ha sido el curso del trastorno? ¿Ha tenido episo¬dios previos caracterizados por alucinaciones similares? ¿Pide el enfermo asistencia porque las alucinaciones han aumentado en intensidad o en fre¬cuencia?
5.    ¿Está pensando en realizar un acto peligroso en respuesta a las alucinaciones (p. ej., cometer suicidio obedeciendo a las voces)?
6.    El tratamiento depende del diagnóstico. Los trastornos orgánicos identificados deben ser tratados convenientemente. Para los problemas psiquiátricos, las dos cuestiones clínicas de importancia son la hospitalización y la medicación.
7.    Los pacientes peligrosos requieren ingreso involuntario si es preciso. Los psi¬cóticos graves y los que son incapaces de cuidar de si mismos pueden necesi¬tar hospitalización. Considérese, cuando el paciente sigue un tratamiento am¬bulatorio, si cuenta con apoyo familiar y de sus amigos, y con un lugar para vivir, y si hay otros aspectos del caso (p. ej., abstinencia de alcohol o drogas, complicaciones médicas y condiciones neurológicas) que justifiquen el ingre¬so hospitalario.
8.    Los pacientes que no sean peligrosos ni estén gravemente afectados pueden realizar un tratamiento ambulatorio.

Farmacoterapia
(Unicamente por prescripción Médica).

Las alucinaciones que suelen resolverse con rapidez (p. ej., la alucinosis por alucinógenos, las de duelo) pueden tratarse con benzodiacepinas. Con ellas se puede controlar una agitación, así como con antipsicóticos.

Los antidepresivos, el litio (Plenur) y los anticomiciales (crisis comiciales: precedidas de un aura olfatoria, alucinaciones visuales o imágenes complejas  (no se suelen instaurar en urgencias. Por el contrario, han de prescribirse cuando el paciente está ya en tratamiento con ellos, ya que el uso eficaz de esos fármacos requiere tiempo y adherencia al plan terapéutico.

Referencias cruzadas:

Agitación, abstinencia de alcohol, intoxicación y abstinencia por anfetaminas y sustancias simpaticomiméticas, trastorno limite de la personalidad, intoxica¬ción y abstinencia por cocaína, delirium, depresión, epilepsia, alucinosis por alu¬cinógenos, intoxicación, simulación, manía, abstinencia de psicotropos, esquizo¬frenia, suicidio, síndrome por sedación excesiva del anciano (sundowner syndro¬me).

Fuente: Kaplan: Urgencias Psiquiátricas.


 
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