Carlos Rafael Yllescas M.  
 
  Incesto 29-03-2024 05:44 (UTC)
   
 
Universidad de San Carlos de Guatemala
Centro Universitario de Occidente
Licenciatura en Psicología
Curso: Clínica II
Docente: Lic. Carlos Rafael Yllescas Mijangos

INCESTO

El incesto es la actividad sexual (p. ej., caricias y coito) entre parientes consan¬guíneos o familiares (padre-hija, madre-hijo, hermanos, padrastros e hijastros).

Características Clínicas y Diagnóstico

Las víctimas del incesto suelen ser las mujeres. El tipo más frecuente es: padre-hija (Aproximadamente el 75% de los casos). El incesto entre hermanos se comunica menos comúnmente pero puede ser tan frecuente como el anterior. El tipo madre-hijo es el más raro. La prevalencia verdadera del incesto resulta desconocida por su naturaleza oculta, pero más de un 10% de las mujeres han sido víctimas de abuso sexual o incesto. Las familias de un status socioeconómico bajo pueden ser menos capaces de ocultarlo que las de status superior. El coito tiene lugar en cerca de la mitad de los casos. El incesto homosexual (padre-hijo y madre-hija) es sumamente raro, en esos casos, el padre puede que no tenga comportamientos homosexuales fuera del hogar, y puede mantener relaciones incestuosas tanto con una hija como con un hijo.

En casi todas las sociedades el incesto padres-hijos es un tabú e indica una ruptura de la norma social y moral. Los tabúes socializados contra el incesto protegen contra la expresión biológica de genes patológicos recesivos. Sin embargo, en ciertas sociedades los matrimonios entre hermanos están admitidos.

Las características clínicas asociadas con el incesto son: abuso de alcohol, sociopatía, violencia, exceso de población, proximidad física aumentada, aisla¬miento rural que evita los contactos extrafamiliares, las segundas nupcias, las deficiencias intelectuales y los trastornos mentales mayores. En general, el padre incestuoso es dominante, potencialmente violento y temido, y la madre es pasiva, discriminada e incapaz de interferir. La relación entre los padres suele estar marcada por una disputa sexual preexistente.

En el caso típico de incesto (padre-hija), la hija mayor ha estado muy apegada al padre, quien comienza a acercarse sexualmente a ella hacia los diez años. Se suele identificar el incesto cuando la niña tiene entre nueve a trece años y después que la relación sexual lleva ya de dos a cuatro años en actividad.  El padre se comporta alternativa e impredeciblemente tanto como padre o como amante con la hija, creando una confusión de los roles familiares.  La madre puede ser, a veces, competitiva y rechaza creer las afirmaciones de la hija sobre las aproximaciones sexuales del padre. La madre puede estar, de alguna forma ausente de la vida familiar, generalmente a causa de una enfermedad.   Los hermanos perciben el papel especial que la víctima tiene con el padre y la tratan como a una extraña.   El padre, temeroso de que el incesto sea revelado, interfiere en el desarrollo de las relaciones sociales normales de la hija. Las que han sufrido incesto presentan una tasa mayor de la usual en cuanto a embarazos adolescentes, suicidios y fugas de casa.  Si la víctima se escapa del hogar, el padre puede comenzar una re¬lación sexual con la siguiente hija de la familia.

Orientación Psicoterapéutica y para la Entrevista

Si se sospecha el incesto, hay que realizar entrevistas individuales a cada miembro de la familia y sobre todo de la niña que es víctima. Tranquilizar a la misma en el sentido de que será protegida y de que se encuentra segura. La niña debe saber que puede hablar del incesto con seguridad con nosotros en un ambiente sin riesgos. Hay que comenzar la entrevista abordando temas indirectos. Preguntar después por conductas especificas, intentando documentar con precisión lo que pasó. Generalmente, el paciente lo niega completamente. Es necesario determinar los datos importantes, sobre todo el nivel de privacidad en el hogar, la naturaleza de las relaciones entre los padres, si hay una historia de abuso infantil en el padre y la vergüenza acerca del grado de contacto físico entre los miembros de la familia.

Pueden estar relacionadas con experiencias incestuosas: la violencia, la depresión, la intención suicida, las quejas somáticas, el abuso de sustancias, los trastornos de la alimentación, el embarazo, la hipersexualidad, los trastornos de personalidad y los trastornos disociativos.   La conducta autodestructiva en un niño puede ser el resultado de un incesto.

Evaluación y Manejo

1.    El objetivo primario en los casos de incesto es revelar lo que está ocurriendo. Una vez que se ha roto la complicidad, la negación y el miedo de los otros miembros de la familia, el temor a las consecuencias suele evitar que el incesto se repita. Prestar atención al riesgo de suicidio en todos los participantes en el incesto, en especial en el momento de descubrirse.
2.    Que un médico examine al paciente en busca de contusiones y traumatismos, y compruebe si existen enfermedades venéreas o SIDA.  Utilizar protocolos como los que se emplean en los casos de violación (Veáse documento).
3.    Ponerse en contacto con los organismos protectores de la infancia para contrarrestar la considerable presión que se ejercerá sobre la víctima para que se re¬tracte de la historia.
4.    Evaluar a los miembros de la familia en busca de trastornos psiquiátricos primarios que precisen tratamiento. Valorar a los hermanos para determinar una posible victimización.
5.    La psicoterapia individual es el tratamiento de elección para las víctimas; puede ser un camino para la canalización de la ira.
6.     La terapia familiar puede ayudar a reconstruir una familia que ha roto su proceso sano.
7.    La terapia de grupo resulta, a veces, útil para las víctimas del incesto que están capacitados para discutir el tema abiertamente en grupo. Algunos grupos,  específicamente mujeres,  ayudan a reducir la vergüenza y el estigma.   Otros grupos lo son para las madres de las víctimas; con frecuencia, el incesto conduce al divorcio y las madres albergan sentimientos de rabia y culpa.

Farmacoterapia

(Unicamente por prescripción Médica).

No está indicado ningún tratamiento farmacológico específico, si bien algunos trastornos psiquiátricos subyacentes pueden requerir dicho tratamiento más adelante.

Referencias cruzadas:

Maltrato: niño, anciano, esposa, ira, pánico homosexual, hipersexualidad, crisis de pareja, violación y abuso sexual..

Fuente: Kaplan, Urgencias Psiquiátricas.


 
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