Carlos Rafael Yllescas M.  
 
  Ira 28-03-2024 14:53 (UTC)
   
 
Universidad de San Carlos de Guatemala
Centro Universitario de Occidente
Licenciatura en Psicología
Curso: Clínica II
Docente: Lic. Carlos Rafael Yllescas Mijangos

IRA

La ira es una emoción que va desde la irritabilidad a la rabia, y que todas las personas han experimentado alguna vez en la vida. Por lo general, la ira es una reacción a un estímulo desagradable o amenazador.


Características Clínicas y Diagnóstico

La mayoría de las veces el diagnóstico de la ira es obvio y claro.    En ocasiones, la cólera está enmascarada y se presenta en forma de depresión, apatía o agitación.


Orientación Psicoterapéutica y para la Entrevista

Asegurar repetidamente al paciente que la situación está bajo control y que cualquier preocupación que tenga será escuchada de forma acogedora y no crítica. Es preciso determinar si el paciente está psicótico. Si delira, no hay que intentar convencerle de que sus ideas son falsas.

Averiguar si el enfermo está deprimido o atravesando por una situación de duelo. Durante los primeros seis meses después de una pérdida significativa, la persona puede experimentar y expresar un gran resentimiento por esa pérdida. Un deprimido puede presentar también un cuadro de irritabilidad, frustración y de aparente ira cuando, de hecho, el problema subyacente primario es la depresión.

Si los pacientes están intoxicados por alcohol, drogas o ambos, pueden mostrarse emocionalmente desinhibidos y coléricos. Además, los demenciados expe¬rimentan, a menudo, desorientación, frustración y desinhibición que pueden conducir a explosiones de ira.

Si la persona no está psicótica, ni demenciada, ni deprimida, ni intoxicada, ni tampoco en situación de duelo, hay que explorar las razones de la cólera y permitir al paciente que exprese las emociones que le embargan.


Evaluación y Manejo

1.    El primer objetivo es prevenir la escalada de la ira a la violencia u otras conductas mal adaptadas. Con frecuencia, el permitir que el enfermo exprese verbalmente su cólera en un ámbito seguro puede aliviar el problema de un modo significativo.
2.    Asegurarse de que se encuentran presentes suficientes miembros del personal para sujetar al paciente si la ira se convierte en violencia.
3.    Separar al paciente del objeto de su ira. Por ejemplo, si la persona está irritada con su familia, hay que hacer esperar a ésta en otra habitación.


Farmacoterapia
(Unicamente por prescripción Médica).

Hay que medicar al paciente cuando la ira va en aumento, las aproximaciones psicoterápicas son ineficaces y la violencia u otras conductas peligrosas parecen inminentes.

Si el enfermo ya está tomando un tranquilizante (una benzodiacepina o un antipsicótico), hay que aumentar la dosis de ese fármaco, a menos que se trate de un demenciado, un anciano o un toxicómano. En esos casos, las benzodiacepinas en particular pueden causar un efecto paradójico, con una exacerbación de la cólera y la agitación.

Para los que no están tomando un tranquilizante, tanto las benzodiacepinas como los antipsicóticos resultan eficaces. Es preferible empezar con las primeras,  P. ej., loracepán (Oríidal) 1-2 mg por vía oral o I.M.,  ya que tienen menos efectos secundarios que los neurolépticos. Si repetidas dosis de una benzodiacepina son ineficaces,  de debe utilizar un antipsicótico, P. ej., haloperidol 2-5 mg vía oral o I.M., o clorpromazina (Largactil) 25-100 mg orales o 10-25 I.M.1.


Referencias cruzadas:

Agitación, conducta agresiva u homicida, violencia.


 
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